me jaló del pecho desde la profundidad, como si estuviera dentro de una alberca, la alarma del móvil sonó hasta que pude abrir los ojos, aun dormido desvié la llamada
-¿qué hora es? -me preguntaste aun envuelta entre las sábanas; tuve que abrir completamente los ojos y ver la pantalla que me lastimaba
-cuatro treinta y cinco...
-quien era?
-numero oculto.
volví a acostarme, sonó otra vez el teléfono.
-no lo vas a contestar?
-no.
cerré los ojos y sentí que caía una vez mas en un abismo, me espantó tu mano recargandose en mi pecho, me volví a quedar dormido.
-ya va a amanecer -me dijiste al oído- es hora de que te vayas, va a llegar mi novio.
giré y metí mis manos debajo de la almohada y pusiste tu cabeza en mi costillas. el departamento estaba en completo silencio, solamente un reloj antiguo marcaba el tiempo en la sala.
-no quiero, pero de verdad te tienes que ir... -mientras besabas mis hombros y tus senos rosaban mi espalda.
giré y me senté en la cama, a ciegas busqué mis boxers y los pantalones, cuando me los puse me abrazaste por la espalda, aun tenía los ojos cerrados.
-sólo dormimos una hora... ¿de verdad llega ya?
-ya lo sabes, no lo hagas mas difícil.
te envolviste en la sábana y prendiste la luz, una bota estaba del otro lado de la cama, la otra debajo de ella, junto a tus bragas, sonreí. nos besamos un rato mas, nos tiramos en la cama.
-ya! porque si no, no nos va a dar tiempo de nada- pero me seguías besando.
mi camiseta estaba junto a tu vestido
-y mi sudadera?- encogiste los hombros como respuesta. mientras me la ponía te pusiste de pie detrás de mi. cuando abrí los ojos ahí estabas, dejaste caer la sabana a tus pies y me besaste mientras me besabas con todo tu cuerpo.
-te quiero, pero ya vete, que nos matan a los dos.- sin muchas ganas reí, era patética la situación.
-mañana en la noche se va un par de semanas a los angeles, trae tus cosas, vale?
-mjm
salí de su departamento y me puse la gorra de la sudadera, cuando iba bajando las escaleras, perdido en pensamientos estúpidos, me crucé con su novio, venía borracho, chocamos y se me quedó viendo a los ojos, mi corazón empezó a golpearme el pecho.
-perdón, buenas noches.
-no hay problema.
-tienes un cigarro?
-no fumo.
-ni hablar...
me veía como si intentara reconocerme, nos habían presentado hacía dos semanas en la fiesta de la premiere de su película, esa misma noche conocí a su novia, no había posibilidad de que se acordara, le presentaron mucha gente ese día, mientras el presumía del presupuesto gastado yo conquistaba a su novia en la terraza del bar, después nos fuimos a mi coche. yo no volví a la fiesta, ella al regresar se encontró a una amiga y disimuló que hablaba por teléfono, desde ese día había visitado su departamento al menos cinco veces, no salíamos de ahí. tronó la boca, se dió media vuelta balbuceando y subió las escaleras agarrando el barandal como si la vida se le escapara.
volví esa misma noche con una pequeña maleta, esperé en el bar de enfrente hasta verlo salir e irse en un taxi. toqué el timbre con las letras ph.