estabamos en el piso veinte del edificio, la sala del departamento estaba casi desierta, había un love seat gris obscuro y una pequeña mesa de tea, roja, muy baja. en los ventanales atrás del sillón se veía gran parte de la ciudad, abajo había un parque y en las noches parecía un abismo negro, imaginábamos que era la nada que nos comía. en el balcón tenías un par de sillas de playa y otra mesita, de madera; solías invitarme antes del atardecer, era un espectáculo que me gustaba presenciar al menos una vez por semana. recuerdo la sensación del vértigo cuando nos recargábamos en el barandal de madera, era mas grande cuando volteaba y me besabas. fumar contigo en la pipa de agua era otra de nuestras actividades cotidianas en el balcón. nos gustaba cocinar descalzos y beber mientras lo hacíamos, normalmente cerveza. comíamos en la mesita roja. no había comedor. el departamento tenía varias habitaciones, en una de ellas estaba tu estudio, un librero enorme de pared a pared, blanco. los libros acomodados por editorial , autor y alfabéticamente. los discos solo por autor y cronológicamente. tu lap siempre en el escritorio limpio. era el único lugar completamente acomodado del departamento. en otro cuarto tenías cajas con cuadros, algunas alfombras, lámparas, una cama y una televisión desconectada, teóricamente era el cuarto de invitados. llevabas varios meses viviendo ahí y parecía que nunca lo ibas a habitar completamente. tu cuarto tenía duela obscura, las paredes blancas, un closet muy grande con una sección de cajones; el tercero de arriba a abajo era el mio, donde tenía algunas camisetas, un par de pantalones y algunos calzones. tu cama, queen size, muy alta, con edredón verde, muchas almohadas, nunca pude dormir con mas de una, junto a la cama solo una mesita de noche, guardas ahí: pastillas, tarjetas, condones y algunas cartas, sobre ella ,una lámpara de vidrio, que proyecta una luz muy cálida. la ventana daba al parque, tenía una persiana que dejaba entrar muy poca luz. había que abrirla muy poco las mañanas después de una fiesta. el baño era grande con mosaicos de muchos colores, habías comprado una tina vieja, con patas de hierro. fué un problema meterla al baño, pero al final quedó muy bien, mi toalla era azul y la tuya roja. en el pasillo había un cuadro, era un foto que habías tomado en tu primer viaje a marruecos, era una mezquita en un casbah.
un día estaba sentado en la sala, acababa de llegar y tu estabas terminando de vestirte, teníamos boletos para el teatro, era aun temprano, hablábamos a la distancia, tu ibas del baño a tu cuarto y yo hojeaba un libro de fotografía, me llamaste para que te diera mi opinión sobre cómo te veías, olía a que te acababas de bañar, había todavía un poco de vapor en el ambiente, estabas en tu cuarto, tenías puesta una camiseta negra, no te gusta usar brasiere, tu cabello todavía goteaba un poco, tus calcetas eran blancas y cortas, no sabías que pantalón ponerte, mientras veías las opciones acomodadas en la cama, me acerqué y besé tu cuello y no respondiste, escogí unos pantalones entubados verdes y unos sneakers nike grises. te veías guapísima. cuando volvimos, me ofreciste una copa de vino, habíamos comprado algunas botellas dos días antes, no hablamos mucho, estuvimos en el balcón hasta que decidimos irnos a dormir, cuando estábamos en la cama me abrazaste, metiste tu mano debajo de mi camiseta y te quedaste dormida, yo no concilié el sueño fácilmente. me despertó tu cuerpo desnudo sobre el mio, me apretabas con tus piernas, tus manos junto a mi torso sosteniendo tu peso, llevando el ritmo, cuando abrí los ojos , tu rostro estaba tan cerca que podía respirar el mismo aire que inhalabas, olía tus besos, con la punta de tu lengua recorriste mis labios, jugaste en la comisura, después te separaste e hiciste una vertical perfecta con tu cuerpo, la acompañó un escalofrío que recorrió todo tu cuerpo y me apretaste mas con tus piernas, te desvaneciste sobre mi. me besaste un poco ida, un poco agitada. me dijiste solo dos palabras al oído y te levantaste con una sonrisa de la cama, te encanta andar desnuda por las mañanas.
al día siguiente volví a tu casa, subí el elevador, metí la llave que me habías dado en el cerrojo y no giró. probé con la llave que siempre me equivocaba y tampoco funcionó. llamé a la puerta y no contestó nadie, había algunas cajas junto a la puerta, en una de ellas se asomaba la camiseta que traía el día anterior. llamé a tu móvil, fuera del área de servicio. hablé con el portero y me dijo que te habías marchado solamente con un par de maletas, que mandarías a gente por tus cosas. sabías que iría con él. me dio un sobre con todas las postales y cartas que te había mandado.
huiste sin decir nada, sin dejar al menos una huella de ti. pasaron varios meses y lo único que siento ahora es pena por lo que nos pasó, desapareciste en el momento en que habíamos planeado mas cosas, en el que tu vida y la mía se habían acoplado y teníamos todo lo que queríamos.
have a nice life.