domingo, junio 21

love poison

- poner en un cd el siguiente tracklist:
andres calamaro - flaca
beck- everybody's gotta learn sometimes
nancy sinatra - don't let him waste you're time
jamiroquai - sometimes
jim sturges - something
fito paez - siempre te voy a amar
morrissey - love life
coldplay - sparks
luis alberto spinetta - muchacha ojos de papel
radiohead - all i need
jorge drexler - fusión
verve- velvet mourning
peter starstedt- where do you go to my lovely
bill withers - ain't no sunshine when she's gone
amelie ost- guilty
edith piaff - je ne veux pas travallier

mezclar con:
- fuet recién cortado
- baguette cortada en rodajas
- cubitos de queso
- botella de tinto de la rioja
- mantel a cuadros rojos y blancos
- tabaco para liar de amsterdam

lugar y hora al gusto.

voilà

martes, junio 16

where did you sleep last night



*noten los ultimos segundos, hace un silencio y una cara de odio y miedo, resume su vida. a por kurt.

domingo, junio 14

notas

entre papeles de mi escritorio y libros de volpi, eco, bolaño, ende y escritos sobre londres y valencia encontré una hoja con letra penosa y mal hecha:

"soy lo que te he amado
y tal vez lo sigo haciendo.
vuelvo a casa cansado,
son las cinco de la mañana
y añoro que te metas en mi cama
como lo hacías en tierras ajenas
y lejanas
come back to me
love u"

no lo tiré ni lo quemé, aun sigo pensando que hacer con esa nota que pide la presencia de esa persona tan importante y ausente, cuántas notas habré de encontrarme entre libros, cajones, cuadernos? se enterará alguna vez lo grande que fué ese amor?

miércoles, junio 10

2666

"... la imaginó a ella y luego se imaginó así mismo, juntos, compartiendo un piso en Madrid, yendo al supermercado, trabajando ambos en el departamento de alemán, imaginó su estudio y el estudio de ella, separados por una pared, y las noches en Madrid a su lado, comiendo con amigos en buenos restaurantes y volviendo a casa, un baño enorme, una cama enorme..."

fragmento con el que me identifiqué, del libro 2666 de roberto bolaño, es el tercero que leo de él, llevo a penas unas cien hojas, pero ya me tiene enganchado, una vez mas están los personajes en la búsqueda de otro, por el momento la historia se centra  en francia, españa, inglaterra, italia y alemania. por lo que llevo leído se los recomiendo ampliamente, los dejo seguiré leyendo un poco más.

martes, junio 2

playa para seis

estaba en el super, comprando las ultimas cosas para irme, encontré en la caja el mapa que había estando buscando en mi casa y mi padre me aseguraba que me lo había dado la ultima vez que salí, por estar viéndolo, me golpee en la espinilla contra una estúpida carriola, cuando iba a regañar a la señora el niño me sonrió y no dije nada, dibuje una sonrisa para con la madre, mi mejor tarjeta de presentación, ella no era fea.
ya estando en el coche, con casi todo listo, me faltaba pasar a la gas a llenar el tanque, tenía aún una hora, había quedado de verlos con don lupe a las diez de la noche. llegué media hora antes, al abrir me dio un gran abrazo, estaba feliz, traía una camiseta de tirantes, hacía mucho calor y su gordura hacía que todo el tiempo estuviera sudando, o al menos brilloso, me ofreció un tequila y una cerveza, como debe de ser, dijo él, lo acepte gustoso, tenía toda la tarde con la boca seca, el tequila de un trago paso delicioso, el limón y la sal se la puse a la cerveza, ya con la garganta abierta pudimos platicar, me contó la primera vez que había hecho el recorrido que haríamos, que había sido en el setenta y dos, el tenía dieciséis años y fue la primera vez que vio el mar, estuvo una semana, que había vuelto ahí cinco veces más como máximo. nunca les había contado a sus hijos la existencia de ese lugar, y cuando yo le platique que teníamos pensado ir, se le dibujó una sonrisa de oreja a oreja, luego te platicare, me dijo frente a todos.
a las diez y cuarto llegaron luis, el que iba a ser mi copiloto, mi amigo de hace varios años y natalia, su hermana, tenia veinte años, preciosa, pero era una hija de la chingada, todo el tiempo fumando y hablando de música, era una genio, me gustaba, alguna vez follamos, luis nunca se enteró de nada, él estaba bilbao, y ella y yo nos encontramos en un reven, cuando luis volvió ninguno habló del tema. antes de despedirnos don lupe les dio a sus hijos un sobre con dinero, nos dijo que era para cualquier emergencia, que de preferencia no lo usáramos.
nos subimos al clio a las once de la noche, natalia se quiso bañar antes de estar toda la noche en el coche, luis y yo, tomamos un par de cervezas mas con don lupe, cuando nos subimos al coche, lo único que olía decentemente era el desodorante de natalia, luis me enseño orgulloso el mapa de google impreso, lo necesitaríamos porque mi mapa no estaba muy detallado. salimos de la ciudad a media noche.
desayunamos menudo a las cinco de la mañana, a la mitad de la carretera, a mi me da asco, así que solo me comí el caldo y unas tortillas con salsa y limón, los hermanos estaban felices. de regreso al coche, pusimos música, habíamos dejado que natalia durmiera todo el tiempo, era momento de que nosotros no nos quedáramos dormidos, luis siempre ha puesto buena música, buena canción tras canción, de ray charles a amy winehouse, del flaco spinetta a francis gabriel, nunca he sabido como le hace, pero siempre tienen que ver en algo y el track list se hace delicioso.
cuando llegamos a la playa, había sola una nube, negra y enorme, no tardaría en llover, encontramos fácilmente la cabaña que nos había recomendado el muerto, nos hizo un dibujo de la fachada en una hoja de su cuaderno, no se parecía mucho a la realidad, pero por fin llegamos a nuestro cuartito, tenía dos camas matrimoniales y ventilador, todo por doscientos pesos la noche, y una ventana que daba justo a la playa, la abrí al entrar al cuarto, aventé mi maleta junto a una de las camas, la que estaba mas cerca de la ventana y me acosté, natalia entró al baño a cambiarse, salió con un bikini verde y me dijo que si quería meterme al mar, luis entró con tres cervezas, brindamos y prendí un cigarro, que bien sabe el tabaco al nivel del mar, yo estaba sin camiseta y con los jeans flojos, natalia insistió en ir a nadar, le dijimos que nosotros queríamos dormir un rato, que ella había descansado todo el camino. me terminé la cerveza de un trago, el calor era húmedo, prendí un cigarro más cuando vi que luis ya estaba dormido, me asomé a la ventana y estuve un largo rato viendo la playa, el mar, las olas, la arena y la nube negra que no esperaría un rato mas para dejar caer la tormenta, tenía razón, quince minutos después empezó a caer la lluvia, se me había quitado el sueño con la cerveza y el cigarro, bajé al comedor, donde estaba doña meche, la dueña de la palapa, le pedí otra cerveza y que la cargara a la cuenta de nuestro cuarto, me senté al final de la palapa, en una mesa de plástico, veía la lluvia golpeando el mar y la arena, la pequeña capa que se hace y se rompe cuando uno la pisa, llegó corriendo natalia, estaba empapada, me dijo que el mar estaba picado y que casi pierde la parte de arriba del bikini, pidió una cerveza y agarró un cigarro, me advirtió que a partir de ese momento íbamos a fumar cigarros sin filtro, luis no fuma, no me importó su amenaza, estuvimos platicando toda la tarde, a la hora de comer luis bajo con los ojos hinchados, había dormido profundamente, nosotros teníamos ya una colección de cervezas vacías y una cajetilla de camel, la que habíamos comprado en la entrada del pueblo, ya habíamos comprado cigarros sin filtro, comimos los tres y estuvimos ahí hasta el anochecer.
como a las diez de la noche se acercó a nuestra mesa un tipo vestido con unas bermudas de mezclilla y una camisa a cuadros, no podía ver su cara porque traía un casco de motociclista, cuando se lo quitó lo primero que ví fue una sonrisa cubierta por una barba cerrada, era martín, el cabrón que nos había jurado que iba a ir con nosotros en el coche y una semana antes desapareció con su moto, nos platicó que había estado puebleando y que en la mañana había hablado con don lupe y le dijo que ya estábamos acá, nos encontró por las carcajadas de los tres, dice que son inconfundibles, ya para esa hora estábamos tomando ron y medio borrachos, martín nos acompañó con unos tragos mas, decía que en su maleta tenía un aguardiente delicioso y que mas tarde lo probaríamos.
subí a buscar una camiseta, el alcohol me tenía preso, no tambaleaba pero me sentía capaz de todo, antes de salir vi a natalia en la puerta del cuarto, me dijo que le daba asco el baño de abajo y que también tenía un poco de frió, me dijo que la esperara, prendí un cigarro y me senté en mi cama, cuando salió del baño busco en su maleta y encontró una falda, me dijo que si le gustaba, le contesté que si, ella volvió a preguntar, le dije que su falda se la había visto una vez en su casa, se me quedó viendo a los ojos, me besó, me quitó el humo de la boca, se separó y me volvió a preguntar: te gusta?, yo confirmé con la cabeza, sonrió, pasó su dedo por mi boca, lo intenté morder, por mi cuello, mi pecho, llegó a mi pantalón jaló y me dijo que todo a su tiempo, no se el suyo, pero mi libido estaba a cien, salimos del cuarto con sus dedos jalándome del pantalón. cuando bajamos luis y martín no estaban, nos servimos un trago mas y los escuchamos platicar con unas chicas alrededor de una fogata, nos acercamos y sonrieron, las chicas no eran de la ciudad, los cuatro estaban fascinados con las historias de los otros, me quedé platicando un rato con ellos, cuando busque a natalia para pedirle otro cigarro, los había guardado en su bolsa, ya no estaba, me dio uno martín, él ya estaba por irse con la chica a su casa de campaña, luis parecía un mono amaestrado, hacía tonterías que a la chica le encantaban, era su estrategia, lo había visto miles de veces hacer eso y salir victorioso, dejé a los cuatro solos, caminé un rato por la playa, no se si buscaba a natalia o solo quería bajar un poco el mareo, no había luna ni estrellas, era una noche obscura, solo se veían los pequeños focos de las palapas y algunas velas en las mesas.
subí a mi cuarto y solo vi la fresa del cigarro de natalia, estaba sentada frente a la ventana, me ofreció un cigarro y de la botella de agua que tenía, creo que llevaba todo el día sin beber agua, se paró, fue al baño y cuando la busqué con la mirada estaba acostada en mi cama, ni luis ni martín dormirán hoy aquí, me amenazó y al mismo tiempo se quitó el bikini.